Ambas mujeres luchan sin las armas legales necesarias contra este fenómeno por medio de concientización y el seguimiento de las víctimas contra esta práctica ante la falta leyes que la sancionen de manera expresa, por ello, en el Congreso local ya se trabaja para que Yucatán sea la primera entidad federativa donde ambas prácticas sean sancionadas con cárcel.
Sin embargo, para la activista Salas Salazar, quien dirige el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) en Yucatán, el que el estado genere leyes de vanguardia no garantiza que ésta se aplique, pues el entramado judicial y un sistema de reinserción deficiente, son las principales trabas para que las víctimas obtengan justicia y para que los victimarios no aumenten su grado de agresividad.
“De qué sirve poner muchos años si al último no lo vas a sentenciar, además de que no hay un programa para trabajar con estas personas, pensemos que lo agarran, lo meten a la cárcel y ahí que siga aprendiendo y a ver si salgo en la inercia total, pero esos centros de rehabilitación no funcionan como tales", dijo.
“ Si tenemos leyes, si somos pioneros, si Yucatán tiene todas las leyes aprobadas, unas están tratando de funcionar, otras no, y aunque éstas las sancionen como debe ser, creo que tenemos un trabajo conjunto que hacer, gobierno y sociedad civil", estableció.
Apuntó que la porno venganza y las extorsiones de hombres despechados que amenazan a sus parejas con publicar imágenes íntimas para que no los abandonen, o por despecho, es una práctica que va en aumento, al grado que la organización que representa ha detectado tan solo en este año, más de 50 casos.
Indicó que la exposición de imágenes íntimas en la red de manera no autorizada, genera en la víctima altos grados de culpabilidad, estigmatizacón social e incluso, el suicidio, como una falsa puerta para escapar del problema.
Consideró que es necesario un debate amplio sobre el tema y si bien, tipificarlo como delito es un avance, es necesario que las penas de cárcel sean más severas para quienes incurran en la porno venganza y en la sextorsión.
CON LA MUERTE EN LA PIEL
Con un tatuaje en forma de calavera en su antebrazo izquierdo, le recuerda Ana Baquedano Celorio el amargo episodio en su vida que después se convirtió en un causa para luchar en contra de la violencia generada por la porno venganza y la sextorsión que afecta sin distinguir raza, sexo o posición social, aunque por lo general, las mujeres son las principales víctimas.
En una larga charla con ROMPECABEZA, la ahora activista que participa dentro del Programa Escudo Yucatán, en su estrategia para el sector universitario, recordó que fue el blanco de una porno venganza a manos de otro adolescente, quien subió una foto a íntima a las redes sociales virtuales hace más de 7 años.
“Nunca me llegó una amenaza, pero me quedé con la duda de que tal si la va a publicar y yo le llamaba para decirle, terminamos mal, pero esto no es entre tu y yo, él lo único que hacía era guardar silencio y colgarme, mi miedo creció, finalmente sí lo hizo", reveló.
Explicó que tras la publicación, el video tuvo un efecto bumerán, lo que generó que tuviera tres “rounds" en diferentes momentos, desde que la foto fue expuesta por quien gozó de toda su confianza.
“La vieron todas las personas en mi universidad, se volvió muy incómodo para mí estar ahí muy difícil, cuando estaba ahí muchas personas entraban a la cafetería se quedaban todos en silencio, me hacían comentarios de frente, una situación que sentía que todos lo habían visto, nadie me veía a la cara, me veían del cuello para abajo, fue una situación en la que sientes que todos te están viendo", precisó.
Señaló que tras enfrentar a su entorno escolar tuvo que afrontar la problemática con su familia, primero con su madre, quien tuvo una primera reacción de “shock", después lo hizo con su padre, quien tras saberlo no tocó por años el tema.
Resumió que los meses siguientes fueron de sufrimiento y acoso por parte quienes se decían sus amigos, por lo que incluso penó en quitarse la vida, sin embargo, su fortaleza junto con la ayuda profesional evitaron que tomara la fatal decisión.
Relató que como un arma para evitar las burlas y comentarios desagradables continuaran, decidió contar su historia, primero con amigos que tenía tiempo sin ver, sin embargo, después su caso fue tomado por el colectivo Indignación, debido a que su fotografía apareció en el portal Yucatercos, cerrado por la policía cibernética hace más de un año.
Expuso que ella fue una de las cinco jóvenes que decidieron presentar una denuncia penal para que Yucatercos fuera cerrado, empero, la senda de activos apenas comenzaba para ella, toda vez que tras la publicación de una nota en una televisora nacional sobre su caso, junto con un artículo que escribió en un periódico de circulación nacional, fue como se fue adentrando en el tema y se dio cuenta de lo grave que es la porno venganza y la sextorsión en la entidad.
“El patrón es que una relación termina y al momento de publicar las fotos, todos los ambientes de esa persona se vuelven insoportables, tanto en la escuela, reciben un montón de rechazo, de acoso, no sólo un rechazo pasivo de no te hablo, si no te hablo para y te busca para hacerte comentarios hirientes para publicar cosas sobre ti, conozco casos de deserción escolar, de que se cambiaron de ciudad, que aceptaron que sus siguiente pareja las golpeara porque pensaban que no las iban a querer, viene una devaluación personal donde tu sientes que el discurso que escuchas es cierto, que terminas creyendo que eres una zorra, que eres una puta que vales menos", expresó.
Ahora Ana participa dando su testimonio con ponencias ante jóvenes de diferentes edades, donde quiere dejar el mensaje claro de no vivir en una sociedad donde la desconfianza impere, sino donde la población valore la confianza depositada por alguien que compartió una imagen íntima.
También es parte de la sociedad civil que trabaja con legisladores locales para que existan armas legales para inhibir la porno venganza y la sextorsión, la cual no está tipificada como un delito en la actualidad.
En su brazo izquierdo, la calavera con flores amarillas, le recuerda una difícil etapa de su vida, la cual es ahora una oportunidad para cambiar a la sociedad desde el activismo.