El reconocimiento, otorgado a la planta ubicada en Hunucmá e inaugurada en 2017, busca destacar el “compromiso ambiental” de la empresa y sus acciones de mitigación frente al cambio climático. Sin embargo, especialistas cuestionan la decisión de la autoridad federal, pues existen estudios que advierten que la cervecera consume hasta 4.5 veces más agua que la población de Hunucmá, estimada en más de 35 mil habitantes.
De acuerdo con datos del Consejo Ciudadano por el Agua, la extracción de la planta forma parte de un patrón de presión creciente sobre el acuífero peninsular, cuyo volumen disponible disminuyó 59 % entre 2003 y 2020. Esta situación, advierten, puede provocar intrusión salina y afectar cenotes y humedales en la región.
Pese a este contexto, la Profepa aseguró que el refrendo del certificado —que tiene vigencia de dos años— es muestra de que la empresa mantiene procesos productivos responsables y cumple con la normatividad ambiental.




