De acuerdo con el operador del camión, ambos vehículos se desplazaban en la misma dirección y, al llegar al cruce con la calle 56, realizaron una vuelta. En ese momento —según su versión— el conductor del Toyota se acercó demasiado y terminó golpeando la puerta trasera del autobús con la parte frontal de su automóvil.
Tras el impacto, el chofer del camión se orilló, mientras que el conductor del Toyota continuó su marcha sin detenerse, pese a los daños ocasionados. Un policía municipal que se encontraba en la zona le pidió detenerse metros adelante.
Posteriormente, ambos vehículos fueron trasladados hacia la calle 63 con 52 para permitir el flujo vehicular y buscar un acuerdo. Sin embargo, ninguno de los dos conductores aceptó responsabilidad por el hecho, por lo que un perito de la Policía Municipal intervino y les solicitó activar sus seguros.
Ante la falta de acuerdo, sería probable que ambos deban hacerse cargo de sus propios daños, conforme a los criterios de las aseguradoras.




